Pumas en la Meseta: “De tener 700 chivas hoy lamentablemente me quedan 300”

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En la Meseta de Somuncura, compartida entre Río Negro y Chubut, se encuentra el paraje Cerro Corona, allí encontramos a Marisa Quiñelaf quien junto a su familia viven en el campo, contó a “La Voz de la Meseta” que emite LU17 como se vive en esa zona una de las más frías del país en el invierno.

Durante la nota en referencia a los ataques de los pumas señaló, “Me ha tocado en el campo de tener 700 chivas o lamentablemente me quedan 300, de tener 100 ovejas hoy nos quedan 15 ovejas, la verdad es muy triste eso”.

En la primera parte de la entrevista contó que hizo la escuela primaria en Cona Niyeu, para luego quedarse con sus padres en el campo con 14 años, donde sigue viviendo hasta el momento.

“He aprendido mucho en el campo”

Destacó, “Estuve ayudando a mi papá a cuidar los animales por muchos años, después me da la posibilidad un tío de armarme de mis propios animales, así que pude tener lo mío”.

De su vida contó, “Hoy tengo 40 años, sigo con mi mamá y papá, he aprendido mucho en el campo a trabajar y hacer tareas artesanales, también mi propio trabajo con los animales”.

El invierno es muy crudo”

Consultada por la forma de vida en la Meseta de Somuncura, especialmente en esta época dijo “Es muy crudo el invierno, especialmente arriba en la Meseta, se sufre muchísimo en el sentido que es muy escasa la leña, el gas y la mercadería”:

Luego marcó un detalle interesante al decir, “Cuando mis viejos se alcanzan a jubilar, ellos cobran y ahí ya mejora su forma de vivir”.

Refiriéndose al frío y las heladas agregó, “Eso a veces  nos dificulta para tener el agua en la casa, si bien tenemos la manguera enterrada a un metro, igual se nos congela”.

La presencia del puma

Más adelante sobre la situación del ganado expresó, “Desde hace aproximadamente cinco años llegó el puma, se hizo plaga, se están terminando las cabezas de ganado.”

Desde su propia experiencia relató “Me ha tocado en el campo de tener 700 chivas o lamentablemente me quedan 300, de tener 100 ovejas hoy nos quedan 15 ovejas, la verdad es muy triste eso”.

Aclaró, “Cuando le llevé la situación al Comisionado de Fomento de Arroyo Los Berros, no me dio ninguna solución, me dijo que no se podía hacer nada”.

Reconoció que el problema es de toda la región, que la gente debe vivirlo diariamente.

“Aprendí a esquilar”

Como parte de su vida comentó que aprendió a hilar, hacer artesanías para vender, luego con ayuda de sus hermanos se inició en la esquila, “Cuando me dieron una punta de animales aprendí a esquilar con tijera porque era más económico, después mis hermanos me ayudaron y aprendí a esquilar a máquina, así que después esquilaba mis chivitas”.

En la posibilidad de comerciar la carne explicó, “Nosotros si queremos vender, nos piden muchos papeles, si bien tengo boleto de señal, Renspa y demás, llego a la entrada de Sierra Grande te agarra gendarmería y el chivo te lo sacan, así lo traiga para comer”.

Luego indicó, “Igual como estaba valiendo mucho el pelo de chivo (Moahir), nos esforzamos por criar muchos chivitos, porque son nuestro sustento, vivimos de eso, después para la carne.”

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