Desde el Observatorio de MuMaLá, se hicieron públicas las cifras de violencia de género del primer mes del 2020. Los datos no cambian, un gran porcentaje de mujeres sigue siendo asesinada por parejas, ex parejas. Y el domicilio sigue siendo “el lugar más inseguro”.
El 2020 comenzó con cifras que, nuevamente, nos causan terror: durante el mes de enero, ocurrieron al menos 12 femicidios. Es decir: una mujer fue asesinada cada 35 horas. El dato surge del informe del Observatorio de Violencias de Género de MuMaLá.
El informe, además, indica que las provincias que mayor número de femicidios tuvieron fueron Santa Fe, Salta y San Luis, con tres asesinatos cada uno.
El 57% de las mujeres tenía un vínculo de pareja con el femicida, mientras que el 23% era la ex pareja.
El 33% de las víctimas fueron asesinadas con golpizas, mientras que un 28% con arma de fuego y un 19% con arma blanca. El domicilio sigue siendo el lugar más inseguro: el 33% de los casos ocurrieron en viviendas compartidas con el agresor.
A su vez, 36 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre, y el 33% de mujeres víctimas de femicidio había denunciado a su agresor previamente: justamente, el 14 % tenía restricción de contacto o perimetral.
“Necesitamos medidas urgentes, concretas y efectivas para la prevención, asistencia y erradicación de las violencias contra las mujeres e identidades disidentes”, indicaron desde la organización.
“Pasaron 10 años desde la sanción de la Ley 26485 y seguimos reclamando presupuestos acordes, y con perspectiva de género, para la implementación de políticas públicas específicas que tiendan a eliminar las desigualdades que sufrimos las mujeres y las disidencias”, agregaron.
En otro informe, que registró los datos sobre los femicidas en 2019, expresaron: “Insistimos en la urgencia de declarar la Emergencia en violencia de género; la implementación de la Educación Sexual Integral de manera transversal y la aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en el Estado”.
Es importante que los varones, y la sociedad toda, cuestionen las masculinidades hegemónicas construidas sobre la violencia y la dominación. Es tarea central del Estado abordar su dinámica en toda su complejidad, así como promover un rol activo de instituciones por donde transitan varones.
