EDITORIAL: CRISIS EN CHUBUT: “NO PUEDE SER MAS LENTO”

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Hace algunas décadas surgió un ilusionista argentino de fama mundial especializado en cartomagia (juego básico de tomar una carta, perderla en la baraja y ser adivinada posteriormente por el mago). 

Ese maestro con extrema habilidad, siempre con su única mano, mostraba sus trucos y era imposible adivinarlos, a la vez que pronunciaba la frase “No puede ser más lento”.

La acción política provincial

Recordar esa frase, se trasluce en la situación actual de la provincia, donde desde hace muchas semanas se vienen sucediendo problemas, que ya trascienden la propia administración pública, para llegar a todos los niveles en la provincia.

La desaparición del “Capitán América” en los últimos días, luego de sus declaraciones en el programa de Lanata por Canal 13, muestra que hubo serias diferencias internas en el círculo cercano al gobernador.

En medio de soluciones que no llegaban, el mandatario provincial en su intimidad deslizó la posibilidad de dar un paso al costado, siendo convencido para que “aguante” la evolución de la crisis antes de avanzar en tan drástica decisión institucional.

La falta de diálogo, que recién llegó en la presente semana con los jefes comunales, además de otros sectores políticos y empresariales, culminó en principio con la incertidumbre que en muchos casos llevó a municipios y comunas a suspender pagos, paralizando casi toda la actividad.

Mientras la semana pasada los diputados, ponían un paño a la crisis aprobando el pedido del Ejecutivo de utilizar 15 millones de dólares que estaban destinados a la obra pública, para completar el pago de los sueldos de julio.

Reunión de emergencia

Mientras la nueva vocera del gobierno, la Ministra Vega aseguraba, “Es responsabilidad del Gobierno provincial que todos conozcan la realidad, y cómo estamos trabajando para salir de esta situación; pero también apelamos al sentido de responsabilidad y compromiso de cada uno de los actores y dirigentes para garantizar la paz social, la prestación de servicios básicos y, en especial, respetando los derechos y libertades de todos los chubutenses”.

Suena difícil de entender que luego de dos años de gestión  al frente de la gobernación y con una elección ganada en junio, que lo lleva a continuar al frente del ejecutivo por cuatro años más, Arcioni recién ahora diga la “realidad” de la provincia, siendo que él mismo calificó como una de las mejores administradas del país.

En ese marco el mandatario desde el Salón de los Constituyentes llamó a la conciliación y especialmente le habló a los docentes, pidiendo comprensión y volver a las aulas.

Por su parte el vicegobernador electo, Ricardo Sastre afirmó sobre su relación con Arcioni, “Dialogamos todo el tiempo, también discutimos. Pero son discusiones fortificadoras. Es bueno no ser obsecuente y estar dentro de un espacio político donde podamos decir lo que pensamos”.

Nafta al fuego

En paralelo, siguen circulando imágenes de planillas de sueldos que existen en los poderes legislativo y judicial, otra maniobra que se asigna al ministro coordinador.

Recordemos que Massoni en alguna ocasión dijo, sobre  la publicación de “los sueldos de todo el mundo porque si uno lo trabaja no tiene nada de malo”.

Más allá que en algunos casos los montos parecen insólitos y casi agraviantes, para los trabajadores que siguen reclamando percibir sus haberes en tiempo y forma, resultó ser una maniobra burda y básica, digna de la falta de capacidad de gestión de aquellos que están en cargos públicos.

Presión a la actividad privada

Volviendo a la relación Legislatura con Ejecutivo, sobrevuela malhumor entre empresarios chubutenses, que temen se apruebe un incremento impositivo a la producción, para elevar la recaudación.

Es natural que se produzca esta reacción teniendo en cuenta que día a día se van cerrando pequeños comercios, quedan trabajadores en la calle y las ventas han caído abruptamente.

Por su parte las empresas que están radicadas, seguirían el camino inexorable de agravar la recesión, cambiando cada aumento de impuestos por un puesto de trabajo. Es decir generando mayor desocupación.

Otra versión de la crisis que podría trasladarse de los empleados del Estado a los trabajadores privados de las actividades que se desarrollan en el Chubut, que aún quedan.

La realidad es que todos los datos coinciden en un número 61.570 sueldos que tiene que pagar el Gobierno. La falta de liderazgo político que hubo en la primera parte de la crisis se está pagando ahora con incertidumbre, falta de respuestas y una sensación de que nada de lo que haga parece ser suficiente.

Adelantando el propio recambio

En esta reunión “cumbre” convocada por el gobernador en Rawson, hubo también diálogos de pasillo, donde se retomó la idea de Linares de adelantar la asunción del nuevo gobierno. De ese modo, el gobernador podría al menos contar con un plan de administración y austeridad de cuatro años, elegir ministros con estatura política y técnica mayor a la de los que dispone en la actualidad.

Es cierto que ante cada renuncia, se hace más difícil encontrar interesados en ocupar un ministerio, ante la incertidumbre política que azota a la actual gestión.

Un acuerdo político sería la solución, pero todo parece estar centrado en los intereses particulares de cada sector y se hace muy complicado encontrar el camino, a excepción que exista claridad y honestidad respecto al futuro de la provincia.

Cuentas claras?

Por estas horas se debaten números, aunque en realidad lo que habría que debatir es como se sale genuinamente de esta crisis, que sería solamente apostando a un plan estratégico que apunte hacia el Perfil productivo.

Un informe privado expresa que en el primer semestre del año los ingresos subieron un 56% interanual, los egresos treparon en un 83%, generándose un profundo desencaje de las cuentas públicas que no pudo ser equilibrada por nuevos préstamos.

El análisis destaca que la principal causa de la crisis del Chubut está centrada en el endeudamiento, tanto en dólares como en pesos, pero al mismo tiempo se deben ampliar los mecanismos de generación de ingresos genuinos y sustentables en el tiempo sobre la base de una diversificación de la matriz productiva y el esquema de recaudación tributaria.

Mientras tanto desde lo político Arcioni dijo, “Estamos saliendo de esta crisis financiera, con la verdad y los números. Ya vamos a hacer un análisis de todo lo que pasó y muchos van a quedar al descubierto”.

Asegurando también, “Yo mismo me voy a encargar de decir los nombres y apellidos que correspondan. Yo soy el responsable, lo estamos solucionando con recursos propios, con la verdad y responsabilidad”.

Soberbia y gestión

Hay un breve “impasse”, solo resta esperar el desarrollo de los acontecimientos, donde ahora empiezan a aparecer algunos funcionarios intentando justificar su gestión y acusando a los gremios.

Es difícil superar la crisis en tanto se mantenga la soberbia, es decir que se hace indispensable que el mandatario provincial, explique a su equipo de gobierno que no es necesario hacer declaraciones públicas, cuando aún la situación no ha sido debidamente aclarada sobre el futuro de los chubutenses.

Por último el mensaje de Arcioni, buscando “oxígeno” a la gestión, ante la falta de política, dejo en claro que la deuda de la provincia es de 942 millones de dólares desde 2010 al 2016, mientras que los gastos en sueldos de Personal según el gobernador es del 55%.

La situación es muy extrema, aunque al final de su discurso dijo “Vienen buenos tiempos para Chubut y la Argentina”, generando una incógnita sobre si es un deseo o certeza en cuanto a seguridades que darán a los chubutenses, encontrar el camino al crecimiento real desde lo productivo.

Ojalá pronto se sepa verdaderamente cual es el camino.

Hasta la Próxima

Raúl Pasarín

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