La vuelta al mundo

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Wall Street acentúa su desencanto con las políticas económicas del macrismo. El riesgo país saltó a los 1015 puntos, record en la era Cambiemos

En el mercado crece la percepción de insolvencia sobre la economía argentina. El riesgo país, sobretasa que debe pagar Argentina para emitir deuda en igualdad de condiciones que Estados Unidos, tocó ayer el máximo de 1015 puntos. Esto equivale a que el país tiene que un piso de tasa de 10,15 puntos porcentuales en dólares por encima de un bono libre de riesgo. Superó el anterior record del macrismo de 1012 unidades del 25 de abril. Pese a la cucarda de “economía emergente” que le colocó el establishment financiero a condición de que mantenga las barreras levantadas al libre ingreso y salida de capitales, la dificultad de afrontar el esquema de vencimientos de corto plazo y largo plazo con una actividad en recesión volvió a empujar hacia arriba el riesgo. Para encontrar un valor tan alto de expectativa de insolvencia hay que remitirse a la crisis de 2001, cuando superó los 7000 puntos. 

“El Gobierno asumió con 400 puntos básicos de riesgo país, con lo cual más que duplica el arranque de su gestión. Así que es imposible de hablar de herencia. Es también caprichoso e inexacto compararlo con los mil puntos de 2015. En ese momento hubo un default técnico que generaron los fallos del juez Thomas Griesa en el litigio con los buitres. Nunca fue un problema de insolvencia”, dijo a PáginaI12 Julia Strada, doctora en Economía y titular del Centro de Economía Política Argentina. De hecho, en ese litigio, el Estado había depositado el pago de los vencimientos y Griesa había interpuesto medidas para que ese dinero no llegara a los bonistas.

En ese momento el riesgo país tocó los 1018 puntos básicos. 

El mínimo que llegó a tocar había sido en enero de 2007, con 184 puntos, contra los 7222 de agosto de 2002. Cuando supera los mil puntos, que implica pagar un piso de 10 por ciento por sobre el rendimiento de la tasa estadounidense, el índice pierde relevancia. De hecho, el Gobierno ya adelantó que buscará financiarse en el mercado local y suspendió los programas de participación público-privada por el encarecimiento del financiamiento con el actual riesgo país. La suba del riesgo es la contrapartida de la caída en el precio de los bonos argentinos (el rendimiento se mueve de manera inversa). Según el último informe del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IMAC), el índice de bonos en dólares se contrajo 6,7 por ciento entre enero y abril último respecto de igual lapso de 2018, “resultando el peor cuatrimestre desde 2009”.

“La suba del riesgo país se profundizó en el último año porque hay una percepción generalizada de que la Argentina tiene un nivel de endeudamiento y una dinámica recesiva de la economía y aumento en el precio del dólar insostenibles, lo que evidencia una menor capacidad de pago”, señaló a este diario el ex titular del Banco Central Alejandro Vanoli. 

El ex funcionario reconoce factores externos, como el impacto del Brexit, o la pelea de Estados Unidos con China, y ahora también con México. Sin embargo, aclara que “Argentina es uno de los países más castigados porque tiene una mayor vulnerabilidad externa por el peso de la deuda y sus desequilibrios”. “En Wall Street hay un desencanto con este Gobierno y la percepción de que quienes pueden lidiar mejor con la economía argentina, y hasta con cuestiones fiscales, es el peronismo y no Macri”, insistió Vanoli. 

Marina Dal Poggetto, economista de EcoGo, coincidió en diálogo con PáginaI12 en que “hoy la Argentina está sin crédito”. “Se quedó afuera del mercado y sólo tiene al Fondo Monetario como prestamista de última instancia. En este contexto, el esquema político está polarizado, en donde la oposición plantea como mensaje la necesidad de refinanciar los plazos de vencimiento de la deuda”, explicó la economista, quien diferenció la situación respecto de la debacle de 2001. “En ese momento el nivel de deuda con privados era mucho más alto. Actualmente el mayor compromiso es de corto plazo pero con el Fondo Monetario”, agregó Dal Poggetto. 

Otro punto que desvela a los financistas es que un próximo gobierno le ponga algún límite a la especulación. “La mayor cantidad de los países tuvieron algún encaje o plazo mínimo para fortalecer su moneda, lo cual no implica que vuelva al cepo cambiario”, definió la titular de la consultora EcoGo.

“Es cierto que existe una cierta instalación de que puede haber un retorno a lo que denominan populismo, que son políticas que asustan a los especuladoras del mercado. Pero es una sensación muy operada por los medios, que se va diluyendo a medida que el Gobierno actual agrava los problemas económicos”, explicó Vanoli. El titular de la consultora Synthesis coincidió en que la deuda de largo plazo se puede pagar con crecimiento y que la urgencia es el préstamos del FMI, pero aclaró que habrá que ver qué pasa en los próximos meses. “Recién vamos a tener un mapa financiero a fin de año. Ahí se va a poder también trazar un plan de corto y largo plazo. También hay que tener en cuenta que para poder crecer primero hay que renegociar con el Fondo temas como el déficit cero y la administración de la cuenta capital, que obstaculizan esa tarea”, se sumó Strada.

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