El juez federal afirmó que está investigando “una red de espionaje político y judicial de magnitudes”. Sostuvo que el falso abogado Marcelo D’Alessio realizaba desde hace tiempo operaciones ilegales “vinculadas con el poder judicial, ministerios, fuerzas de seguridad, poderes políticos y medios de prensa”. También manifestó que Carlos Stornelli no es el único fiscal involucrado en el caso y aseguró que la organización “operaba en coordinación con el gobierno de los Estados Unidos”.

En el marco de la investigación por extorsión y espionaje ilegal que involucra al falso abogado Marcelo D’Alessio y el fiscal Carlos Stornelli, el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, se presentó ayer en la comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados. En ese contexto, detalló el accionar de una “red de espionaje político y judicial ilegal de grandes magnitudes”. No concurrieron a la exposición los legisladores de Cambiemos.

El juez dijo que D´Alessio realiza desde hace tiempo operaciones “vinculadas con la actividad de los poderes judiciales, los ministerios públicos (nacionales y provinciales), las fuerzas de seguridad (nacionales y provinciales), los poderes políticos y los medios de prensa”. De acuerdo al juez Ramos Padilla, el mismo D’Alessio confesó las actividades que realizaba al momento de que se realizara el primer allanamiento, mientras reclamaba por el auxilio de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y del presidente Mauricio Macri.

“El caso puede involucrar al fiscal (Stornelli), aunque sabemos que no es el único sino que hay varios. Involucra a periodistas, y a un juez. Lo que estamos viendo puede perjudicar las relaciones con Estados Unidos, con Venezuela, con Israel y con Uruguay, porque esta organización tuvo incidencia en distintos ámbitos de incumbencia de estos países”, advirtió el juez, quien habló de la inserción de “pistas falsas y testigos falsos”.

El juez federal de Dolores detalló que la metodología empleada constaba en la “recopilación de información, la producción de inteligencia y el almacenamiento de datos sensibles de manera paralela a las causas judiciales que se utilizaban para luego llevar a cabo acciones coactivas intimidatorias y extorsivas con la finalidad de influir en causas judiciales”.

“Hay muchos jueces, fiscales y periodistas que seguramente fueron engañados en su buena fe, que fueron víctimas de las maniobras de espionaje. Agrego a legisladores y funcionarios públicos”, indicó.

Sin embargo, Ramos Padilla aseguró ante los legisladores que en apenas siete días de intervenido el teléfono celular del falso abogado pudo dar con “varios hechos que nos daban cuenta de la posibilidad de que esta organización cometiera delitos de manera simultánea y de todo tipo”.

EN COORDINACION CON ESTADOS UNIDOS

La investigación se había iniciado con la denuncia del empresario Pedro Etchebest, quien acudió a la Justicia por un intento de extorsión de D’Alessio, quien decía actuar como enviado del fiscal federal Carlos Stornelli en la denominada “Causa Cuadernos”. Sin embargo, el magistrado aseguró que al momento de realizar el primer allanamiento “el objeto de la investigación cambió 180 grados”, tras encontrarse con una “gran red de espionaje ilegal”. Y afirmó: “operaban en coordinación con el gobierno de los Estados Unidos”.

“Encontramos documentos, legajos de inteligencia, cuadernos con anotaciones de datos sensibles acerca de los hijos, esposas, de los allegados que eran objetivos, elementos de espionaje tales como cámaras ocultas entre llaveros, drones, un arma que llamo la atención de todos”, detalló el juez, quien describió también que fue D’Alessio quien dijo que “llevaba adelante investigaciones sobre terrorismo, narcotráfico y que investigaba para un fiscal”. “Quería hablar con Patricia Bullrich, con el secretario Arribas o directamente con el presidente de la Nación”, recordó el juez.

Al hablar específicamente del rol de D´Alessio, Ramos Padilla aclaró: “no era casual que apareciera tanto en los medios de comunicación porque de ellos se valía en parte para ejecutar su actividad ilegal. “Este falso abogado al mismo tiempo tenía una actividad muy intensa dentro del ámbito de la prensa y es precisamente la condición de abogado y de vínculos con la prensa la que le permitía que sus operaciones de acción psicológica sean mucho más intensas, profundas”, subrayó el magistrado, quien agregó que pudieron verificar una “planificación” acerca de cómo actuaban para extorsionar.

El magistrado se quejó del silencio del procurador general que se negó a intervenir a pesar de su pedido y apuntó contra su par Julián Ercolini, quien “pidió que me inhiban y le dieran la causa de manera junta por tener el mismo objeto procesal, pero nunca supe cómo pude conocerlo con secreto de sumario”.

El complejo entramado de espionaje fue ejemplificado por el juez de Dolores con el caso del exdirectivo de PDVSA, Gonzalo Brusa Dovat. “Se aplicó el mecanismo de ablande o quiebre para publicar en los medios”, apuntó Padilla y subrayó que entre la información secuestrada del celular y la computadora de D’Alessio surgen contactos con el “usuario Carlos Stornelli”.

El juez comenzó a mostrar fotos de la entrevista hecha a Duvat que encontraron en el celular de D’Alessio y se detuvo particularmente en una en la de un cuadro manuscrito. “Ese cuaderno fue hallado durante el allanamiento a la casa de D’Alesio”, destacó el magistrado y mostró el cuaderno físico. Ramos Padilla describió a través de la prueba recolectada en el expediente, entre otras cosas, la conversación aportada por el empresario Etchebes, donde el falso abogado recolectó información sensible del exdirectivo de PDVSA para luego florearse con que él “consiguió al arrepentido”.