Si hay un tema que comienza a tomar preponderancia en la agenda geopolítica del mundo es el de las reservas de agua dulce, un recurso que escasea y puede complicar el futuro de la humanidad, de encontrarse una solución alternativa antes de que sea demasiado tarde.
En ese marco, se origina la disputa entre Argentina y Chile por los límites del territorio de ambos países. Puntualmente, desde el país trasandino presentaron una queja formal mediante una nota dirigida al Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina por la publicación inconsulta del Inventario Nacional de Glaciares (ING) en el que se incluyó como parte del territorio argentino un área de los hielos continentales pendiente de demarcación limítrofe, que se encuentro en proceso.
El sitio de la polémica se ubica en el Campo de Hielo Sur, según la denominación chilena, o en los hielos continentales, como se los conocen en Argentina, cuya traza desde el Monte Fitz Roy, en la provincia de Santa Cruz, hasta el cerro Daudet. Una gran extensión de masa glaciar—reservorio estratégico de agua dulce—de unos 200 km de largo cuyos límites fronterizos fueron encomendados a una comisión mixta y binacional y que aún no ha sido consensuada en el terreno por expertos de ambos países.
La queja chilena viene a cuenta de la publicación del ING por parte del Gobierno argentino consideró un hito el relevamiento de cada uno de los 16.968 glaciares en el territorio nacional, estudio por el cual los trasandinos le atribuyeron a la Argentina una superposición territorial o un avance sobre los campos de hielo que le corresponderían a Chile en el territorio que comprende a la provincia de Santa Cruz.
Desde la Cancilerría argentina, aclararon que “en la publicación del Inventario de Glaciares presentado se incluyó un aviso legal que indica que la inclusión de glaciares en la zona de hielos continentales no prejuzga sobre los trabajos de demarcación pendientes a cargo de la Comisión de Límites binacionales”.
