En la Argentina de hoy, bajo la gerencia del ingeniero Mauricio Macri, en lo que se refiere a  la energía,  el árbol tapo el bosque, la energía perdió su condición de bien estratégico de ser la sangre de este cuerpo que se llama Argentina, su lugar lo ocupa un nuevo Dios, un ídolo con pies de barro que solo nuestra burguesía autóctona venera más que al mismo Dios que dicen amar cada vez que pisan una iglesia, ese Dios pagano y extranjero no es otro que el DÓLAR, desde el gobierno nos dicen sin movérseles un solo músculo de sus caras de granito que la energía se ha dolarizado y esa infamia se ha convertido en una verdad incuestionable por el mercado y el establishment lo cual resulta lógico ya que ellos son los únicos beneficiados de este saqueo, la muestra de semejante contubernio es la frase “ el litro de nafta sale un dólar” que sería lo mismo que decir que un metro sale una manzana, pero que nadie discute, casi como, un deja vu de que la tierra es el centro del universo. El gas, petróleo y combustibles en la Argentina salen o deberían salir en función de los costos internos expresados y calculados en nuestra divisa nacional, solo un porcentaje del costo de extracción y explotación es en dólares, por la tanto esa paridad, hermana de otra gran mentira que sufrimos los argentinos, “UN PESO UN DÓLAR” se transforma en irreal, dicho sea de paso , una nueva versión de la LEY DE CONVERTIBILIDAD, está asomando su cara, la anterior hija del inefable Juan Domingo Cavallo y las medidas económicas del consenso de Washington  la  nueva, hija de Dujovne y el FMI.

Cuando un estado, prescinde de ejercer la soberanía energética, pierde toda capacidad de control sobre todo aspecto de la vida habitual, pierde la potestad de organizar el futuro, ni siquiera tiene la fuerza de poder fijar el precio de un kilo de pan.

Hoy la ambición desmedida de los sectores financieros, quienes fijan los valores de los commodity han trastocado toda lógica productiva, el BTU de gas en nuestro país no debe salir más de u$s 2.50  por lo que el precio de casi 6  que pagamos es un saqueo a los argentinos, una traba casi insalvable a la industria, que se vuelve incompetitiva frente a economías industrializadas con estados que subsidian la energía ( ej, EEUU  u$s 6000 por año por habitante) obligando a la industria nacional argentina a pagar sueldos bajos para compensar en algo sus desventajas, con el petróleo  y naftas pasa algo similar, el costo de extracción de un barril en nuestro país (información confidencial de las operadores) no excede los u$s 15, su valor  internacional , alrededor de 70 y la dolarización impuesta por este gobierno nos condena a no poder hacer un uso justo, racionable y soberano de nuestros recursos, hipotecando así nuestro presente y futuro.

Nada nuevo hay bajo el sol, varias veces se vivió esta paradoja, recordemos al ilustre INGENIERO  ENRIQUE MOSCONI, quien a comienzos del siglo XX, en su lucha con la Estandart Oil, logro bajar el precio de nuestros combustibles a menos de la mitad de lo que nos quería imponer la petrolera.

Mosconi sabía bien que el árbol no debía tapar el bosque.

Por Diego D. Bukay